LA FELICIDAD SIGUE DE MODA

Hoy me voy hasta Santiago de Compostela con el fin de compartir algunas herramientas para entrenar la capacidad de ser más felices.
Es para mí una gran satisfacción acercarme como antigüa alumna de Cristo Rey pues fue en ese colegio donde descubrí mi vocación de ayuda. Donde aprendí habilidades como la empatía, el perdón, el agradecimiento, la capacidad de amar, la compasión... En las que sigo poniendo atención y entrenando día a día para desarrollar lo mejor de mí. Sé que gracias a aquellas vivencias y educación hoy me dedico a esta profesión como canal de ayuda a los demás. Si bien dí algunos palos de ciego estudiando otras formaciones antes y jugando al ensayo-error, finalmente encontré mi pasión y misión: "el coaching".
Quiero también aprovechar para dar las gracias a Ángeles Bengochea, directora de la residencia, por confiar en mí y por ser quien en su día me dio luz y guió para convertirme en la persona que soy.



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